lunes, 20 de diciembre de 2021

Los reflejos de la luna - Edith Wharton

 

La contraportada

Nick Lansing y Susy Branch son jóvenes, atractivos, brillantes: pagan «buenas cenas solo con buenos modales». Nick malvive de un menguante patrimonio familiar y de escribir artículos para una enciclopedia, aunque su ambición es ser novelista. Susy, hija de un padre derrochador ya fallecido, lleva desde los diecisiete años sabiendo «arreglárselas», y viviendo de prestado en las múltiples casas, en Nueva York y en Europa, de sus amigas millonarias. Ninguno de los dos tiene un centavo pero están enamorados y deciden casarse, con la condición de que se separarán amistosamente si en un futuro alguno de ellos encuentra «un partido mejor». Empiezan a celebrar su moderno pacto con una luna de miel en la villa que les deja un amigo en el lago de Como. No tardan, sin embargo, en surgir conflictos de «sensibilidad moral»: ¿se puede ser un parásito de una manera más lícita que otra? ¿Hay límites? ¿La moralidad puede ser sinónimo de arrogancia? ¿Hay vida y amor más allá del dinero y el lujo?




Mi opinión

Hoy os traigo al blog la reseña de Los reflejos de la luna un clásico de Edith Wharton que si bien tenía otros títulos esperando fue leer las primeras páginas de esta novela y quise saber que le ocurría a sus protagonistas.


Susy Branch y Nick Lansing se mueven como pez en el agua entre la clase alta neoyorquina. Un mundo de lujo en el que sobreviven gracias a su inteligencia y buenos modales, cualidades que saben explotar a la perfección y que les permiten disfrutar de cenas, fiestas o viajes a costa de sus amigos ricos.

Como ninguno de los dos tiene dinero ni trabajo piensan en lo beneficioso que sería para ellos un matrimonio acordado del que ambos pudieran sacar provecho de sus innumerables amistades y del que se verían liberados de manera amistosa si encontraban a alguien con dinero. Las previsiones se vieron superadas joyas, viajes, coches, dinero … los regalos de boda les llovieron por todas partes. Pasaron el primer mes de casados en la casa de uno de sus amigos en el idílico lago Como. Unos días mágicos que se verán empañados en su próximo destino Venecia. Allí comprobaran como esa hospitalidad tendrá un precio y provocará problemas entre ellos.


Edith Wharton nos habla de la hipocresía, inmoralidad o soledad que rodean a la alta sociedad de su época. Cuestiones que ponen a prueba el amor de estos jóvenes que tienen miedo a perder el exclusivo estilo de vida en el que se mueven porque no saben vivir de otra forma.

Aunque me han faltado algunos detalles para que la lectura terminara siendo redonda, como más información de la vida anterior de los protagonistas, me ha gustado este primer acercamiento a la pluma elegante y refinada de Wharton. He encontrado una novela fácil de leer, con una trama sencilla y unos personajes que se muestran débiles e inocentes a la hora de desenvolverse en la vida. Un saludo y buenas lecturas.




La autora

Edith Wharton nació en Nueva York en 1862, en el seno de una rica familia del mundo financiero. Con ella pasó parte de su infancia viajando por Europa, y, de vuelta a Nueva York, fue educada por institutrices. A los veinticinco años se casó con Edward Robbins Wharton, un graduado de Harvard doce años mayor. El conflicto entre sus inquietudes artísticas y literarias y el papel que tenía asignado como dama de la alta sociedad fue causa de contrariedades y de una grave depresión, pero también fuente de inspiración. En 1878 había publicado privadamente un volumen de poesías, y en 1897 un libro de decoración contra la estética victoriana, The Decoration of Houses (en colaboración con el arquitecto Ogden Codman), pero hasta 1902 no se atrevió con la que habría de ser su primera novela, The Valley of Decision, y no sería realmente reconocida hasta la segunda, La casa de la alegría (1905). A ésta siguieron, entre otras, The Fruit of the Tree (1907), Ethan Frome (1911; ALBA CLÁSICA, núm. XCV), El arrecife (1912; ALBA CLÁSICA, núm. LXI), Las costumbres nacionales (1913; ALBA CLÁSICA MAIOR, núm. XXXVIII ), La edad de la inocencia (1920), por la que recibió el premio Pulitzer, y Los niños (1928; ALBA CLÁSICA, núm. LXXV), además de un gran número de relatos. En 1910 se estableció en París, y tres años después se divorciaría de su marido. Su contribución a la causa aliada en la Primera Guerra Mundial le valió la Legión de Honor. Murió en 1937 en Pavillon Colombe, su casa en Saint-Brice-sous-Fôret. 


martes, 14 de diciembre de 2021

El paseo – Robert Walser

 

La contraportada

La vida de Robert Walser es una de las más apasionantes tragedias de la literatura centroeuropea de este siglo. Autodidacta, errante, finísimo estilista de la lengua alemana y provisto de una mirada capaz de destripar la realidad con la más suave ironía, Walser empleó los pocos años en que pudo escribir, entre 1904 y 1925, antes de sucumbir a una enfermedad mental de origen hereditario, en tallar exquisitas miniaturas acerca de una vida cotidiana poblada de personajes e impresiones que vienen de la noche cuando ésta es más oscura. El paseo es una de esas miniaturas. Un poeta sale a pasear y ante su mirada se alternan la belleza de la vida y el absurdo de las convenciones de la sociedad, el sonido de una voz que canta y el espectáculo del gran teatro del mundo. Entre el sabor más crítico y la más pura de las reflexiones, El paseo es una espléndida muestra del arte de este autor tan admirado por escritores como Kafka, Thomas Mann, Musil, Canetti, Walter Benjamin o Claudio Magris, entre otros.




Mi opinión

Hoy os traigo al blog la reseña de un libro que hacía muchísimo tiempo que tenía pendiente de leer. Un clásico con el que he disfrutado de la finísima prosa de Robert Walser, un paseo que comienza así.


Declaro que una hermosa mañana, ya no sé exactamente a qué hora, como me vino en gana dar un paseo, me planté el sombrero en la cabeza, abandoné el cuarto de los escritos o de los espíritus, y bajé la escalera para salir a buen paso a la calle.



En este tranquilo caminar el protagonista dialoga con nosotros los lectores y expresa sus sentimientos de poeta pobre y soñador que se angustia cuando no logra escribir nada. Luego nos dice que una vez que sale a la calle y contempla la luminosa y alegre mañana, deja la tristeza olvidada en el cuarto de los escritos. Entonces se llena de energía, disfruta del ambiente de las tiendas, plazas y chiquillos correteando. Lo acompañamos a diversos recados, asistimos al enfrentamiento con su sastre o nos dice su opinión sobre los automóviles. Situaciones extravagantes o tiernas en las que se ve envuelto y que nos describe desde su particular punto de vista.


Walser rebosa ironía, poesía, melancolía, delicadeza o critica en este caminar sin rumbo. Un paseo tan necesario para él como respirar, en el que observa, se expresa y siente lo que lo rodea. Ese deambular observando el ambiente, los pájaros, las calles o los árboles, con reposo y serenidad como dice Walser, es un lujo que hasta un poeta pobre se puede permitir.

Hoy en día dar un paseo como este es complicado estamos pendientes de miles de cosas que no permiten ni que nos sentemos en un banco del parque.


Es mi primer acercamiento a la obra de Robert Walser pero no será el último, este personaje tan peculiar me ha cautivado y voy a seguir investigando a este autor tan poco conocido como imprescindible. Un saludo y buenas lecturas.




El autor

Robert Walser es uno de los más importantes escritores en lengua alemana del siglo XX. Nació en Biel (Suiza) en 1878 y publicó quince libros. Murió mientras paseaba un día de Navidad de 1956 cerca del manicomio de Herisau, donde había pasado los últimos años de su vida. Siruela ha publicado también el libro de conversaciones Paseos con Robert Walser, de Carl Seelig y Robert Walser. Una biografía literaria, de Jürg Amann. 


martes, 7 de diciembre de 2021

Senda hacia tierras hondas – Matsuo Basho

 

La contraportada

Senda hacia tierras hondas es la nueva versión española de la inmortal obra de Matsuo Basho Oku no hosomichi. Escrita a raíz de un viaje poético y espiritual de más de dos mil kilómetros a pie, por zonas apenas transitadas de su país, la obra sigue el modelo de la renga, alternando momentos de gran intensidad con otros más suaves y remansados. Corresponde a la etapa final de la vida de Basho, tras su conversión al budismo Zen. Matsuo Basho es uno de los más grandes maestros de la literatura japonesa y universal, y algunos de sus haikus, entre ellos los incluidos en su Senda hacia tierras hondas, se cuentan entre los más hermosos jamás escritos.






Mi opinión

El libro que protagoniza la reseña de hoy me ha transportado al Japón del siglo XVII de la mano de uno de sus poetas más conocidos.


El viaje que realizó Basho no era ninguna tontería y más en aquella época. Caminos en mal estado y mala meteorología además de diversos dolores le hicieron pensar que no podría hacerlo. Pero gracias a la compañía de su amigo Sora pudo finalizarlo con éxito.

Más de 2.000 kilómetros a pie donde recibió ayuda de los lugareños, llegó hasta paisajes mágicos y templos sagrados. Pero si algo tiene este diario de viaje es una veneración absoluta por la belleza natural de Japón. La luna, la lluvia, una bahía recóndita o el paso de las estaciones son para Basho sinónimo de admiración, agradecimiento y de poesía, la mayoría en forma de haikus, que escribió durante el viaje. Basho fue uno de los maestros de esta forma de poema corto inspirados en su mayor parte por la naturaleza que lo rodeaba.


Hay una frase atribuida a Emily Dickinson bastante conocida que dice algo así como Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro. Y es que los libros no solo nos permiten viajar mentalmente a países lejanos también consiguen que nos traslademos con ellos a otras épocas con solo leerlos.


Llegue a este libro por casualidad, estaba buscando otro título en Goodreads y me salió esta especie de Camino de Santiago japonés con el que he disfrutado de un viaje en el tiempo lleno de naturaleza, costumbres japonesas y poesía. Un libro que por supuesto os recomiendo leer. Un saludo y buenas lecturas.


Os dejo un pequeño fragmento:



Era un monte de roca viva. Eran vetustos los pinos y cipreses, suave el musgo sobre el suelo y las rocas, y estaban cerradas las puertas de los pabellones en el risco que coronaba el monte, en un silencio absoluto. Salvando abismos y trepando peñas, pudimos por fin rezar ante el pabellón de Buda. Como escena de espléndida quietud, penetró hasta lo hondo de mi corazón.





El autor

Matsuo Bashō (Ueno, 1644 – Osaka, 28 de noviembre de 1694), fue el poeta más famoso del período Edo de Japón. Está considerado como uno de los cuatro grandes maestros del haiku junto a Yosa Buson, Kobayashi Issa y Masaoka Shiki; Bashō cultivó y consolidó el haiku con un estilo sencillo y un componente espiritual. Su poesía consiguió renombre internacional, y en Japón muchos de sus poemas se reproducen en monumentos y lugares tradicionales.

Bashō empezó a practicar el arte de la poesía a una edad temprana, y más adelante llegó a integrarse en el escenario intelectual de Edo (actualmente Tokio), para llegar a convertirse rápidamente en una celebridad en todo Japón. A pesar de ser maestro de poetas, en determinados momentos renunció a la vida social de los círculos literarios y prefirió recorrer todo el país a pie, viajando incluso por la parte norte de la isla, un territorio muy poco poblado, para poder encontrar fuentes de inspiración para sus escritos.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Empezando diciembre

Ya estamos en diciembre y como todos los meses antes de contaros que libro me está acompañando estos días toca un repasito del mes que acabamos de dejar.

En noviembre compartí con vosotros la reseña de El libro de los dragones - Roger Lancelyn Green, una lectura fantástica que recomiendo a todos los aficionados a estas criaturas extraordinarias.

También como los últimos meses traje al blog un poema. No tengo ni idea de poesía pero quiero ir dejándole un espacio en el blog siempre que encuentre alguna que me guste como es el caso de esta 604 de la gran escritora Emily Dickinson.

Como ya os comenté en noviembre leí Los reflejos de la luna de Edith Wharton. Un primer acercamiento a la obra de esta autora que si bien no me ha maravillado si he encontrado más que interesante.


Y mi lectura actual es El caso de Betty Kane de Josephine Tey. Un libro que he visto tantas veces recomendado que por fin le he hecho un hueco. Solo os puedo decir que de momento el apacible Milford me tiene encantada. Ya os contaré más cuando le haga su reseña.



Y vosotros, ¿cómo empezáis diciembre?