La contraportada
Año 1938. Arnold Porritt, un próspero fontanero londinense, ya no sabe qué hacer con su sobrina Cluny. La jovencita, una asombrosa mezcla de inocencia y determinación, acumula una extravagancia tras otra y no parece saber cuál es su lugar. Después de tomarse un té en el Ritz y de dejarse seducir alegremente por un cliente, su tío decide mandarla como sirvienta a Friars Carmel, una mansión campestre en Devonshire. Allí la esperan, entre otros, lady Carmel, su patrona, siempre metida entre sus flores; su hijo Andrew, que acaba de traerse de Londres a un prometedor escritor polaco supuestamente perseguido por los nazis; o el comedido Titus Wilson, boticario del pueblo y perfecto polo opuesto de Cluny. En ese apacible rincón de Inglaterra, el mundo se abre repentinamente para Cluny Brown, y ella está más decidida que nunca a seguir haciendo lo que no se espera de ella.
Mi opinión
Hoy os traigo la reseña de uno de esos clásicos que tenía ganas de leer desde hace tiempo. Un libro con una protagonista que me ha conquistado.
Desde que murió su madre Cluny Brown vive en Londres con su tío Arn al que ayuda cogiendo los avisos urgentes de fontanería cuando él no esta en casa. Ella es una joven espontanea y curiosa que no se para demasiado a pensar las cosas. Su tío opina que tiene que saber cual es su lugar en vez de ir a tomar el té al Ritz o pasarse el día entero comiendo naranjas. Aunque la gota que colmó el vaso fue cuando su sobrina se presentó en casa de un cliente para arreglarle un fregadero y terminó tomándose un cocktel con él. Esto al serio fontanero le pareció totalmente inadecuado. Habló seriamente con Cluny y convino que lo mejor era que entrara a servir en una buena casa. Las gestiones fueron tan rápido que en unos días Cluny cambiaría Londres por una gran casa en Devonshire propiedad de los Carmel. Allí conocerá a Lady Carmel que se pasa el día entretenida con sus jardines, a Sir Henry que escribe cartas a sus múltiples amistades y al hijo de ambos, el señor Andrew que vuelve de la capital con un amigo por el que siente una mezcla de curiosidad y admiración. El conocido en cuestión es Adam Belinski, un escritor que tuvo que huir de Alemania por culpa de un discurso que no gustó a los nazis. También al resto del servicio de la casa y al señor Wilson, el boticario del pueblo que llamará su atención.
Había leído varias opiniones positivas de esta novela así que cuando por fin he podido leerla he disfrutado mucho con los líos que ocurren alrededor de Cluny Brown. Una protagonista que como decía antes me ha conquistado por su naturalidad, su curiosidad y su inconformismo. Ella no entiende de normas sociales ni porque debe comportarse de una determinada manera. Si quiere tomar té en el Ritz como si quiere dar la vuelta al mundo. A Cluny la acompañan unos secundarios de lo más pintoresco que dan lugar a divertidos malentendidos. A través de estos personajes Margery Sharp critica a la sociedad inglesa de la época que no ve más allá de sus jardines y sus arcaicas tradiciones, ajena a los cambios sociales y a los avances del nazismo en Europa. Un retrato que la autora hace con humor y diálogos punzantes e irónicos.
«—Lo que pasa en Europa. Cómo son las cosas fuera de este… de este bendito rincón del mundo. —Se quedó mirando, más allá de la puerta abierta, el césped que bajaba en suave pendiente, los límites arbolados de la finca, las colinas protectoras que se alzaban al otro lado—. Estamos al borde del derrumbe y yo he visto algunas de las grietas».
Cluny Brown es en definitiva una novela encantadora, entretenida y muy british, ideal para leer un fin de semana. Protagonizada por una joven alegre y espontanea que comprende que lo que quiere realmente no tiene nada que ver con lo que se espera de ella. Una historia que por supuesto os recomiendo leer. Un saludo y buenas lecturas.
La autora
Margery Sharp (Salisbury, 1905 - Aldeburg, 1991) fue una escritora y dramaturga inglesa célebre por sus brillantes comedias sociales y por su serie infantil de Los rescatadores, adaptada al cine por Walt Disney en 1977 y 1990. En sus años de estudiante de Letras y Bellas Artes fue miembro del Equipo Universitario Británico de Debate Femenino, y sus primeros relatos empezaron a aparecer en revistas como Punch, The Saturday Evening Post o Ladies’ Home Journal. En 1930 publicó su primera novela, Rhododendron Pie, a la que le seguirían otras destacadas obras como Cluny Brown, llevada a la gran pantalla por Ernst Lubitsch en 1946, o Britannia Mews y The Nutmeg Tree, ambas adaptadas también al cine de Hollywood de los años cuarenta. Elegante, ingeniosa, y con una aguda percepción de la naturaleza humana, la obra de Margery Sharp no ha perdido ni un ápice de esa frescura original que encandiló a la crítica y a los lectores de su tiempo.