miércoles, 25 de octubre de 2023

Más allá del Bosque del Ocaso - Juan Manuel Peñate Rodríguez

La contraportada

En una era antigua y agonizante, una serie de extraños peregrinos de diferentes confines remotos entrecruzarán sus caminos en busca de respuestas, pues su entorno, tal como lo conocían, se acerca a su fin: una joven aprendiz de bruja sin apenas habilidades y su gato, un muchacho descendiente de nigromantes con un pasado oscuro y deshonroso, un par de enanos rivales entre sí desde que nacieron, un gólem de piedra con crisis de identidad, un legendario hombre-planta, una numerosa familia de gnomos de los pantanos… Todos ellos, los últimos de un linaje casi extinto, emprenderán un peligroso viaje hacia lo desconocido más allá de las fronteras prohibidas. Un grupo ridículo y poco preparado, y sin embargo la única esperanza de un mundo que, por día que pasa, se desvanece sin que nadie sepa por qué.

Después de tres antologías inolvidables, el autor regresa con su estilo inconfundible para atrapar a los lectores, y lo hace con Más allá del Bosque del Ocaso, su primera novela, una aventura oscura y envolvente que bebe de La historia interminable, El mago de Oz, el universo de Mundodisco y el realismo mágico de las obras de Studio Ghibli, entre otras historias atemporales.





Mi opinión

Hoy os traigo al blog la reseña del último libro de Juan Manuel Peñate, una historia llena de aventuras y personajes fantásticos.


En las noches de invierno una niebla espesa atraviesa las tierras de Limbo haciendo desaparecer a sus habitantes sin dejar rastro. Un grupo de valientes de cada pueblo se embarcan en un viaje en busca de respuestas. Una aprendiz de bruja llamada Bambú acompañada de su gato parlante Haru, decidió buscar el Bosque del Ocaso antes que volviera la niebla. A Mareg y Alrik, los enanos más fuertes de su aldea, los enviaron a las montañas para buscar ayuda. Grillo, descendiente de nigromantes, se había quedado solo. La persona que cuidó de él ya no estaba. Cogió provisiones, un libro que conservaba de sus verdaderos padres y se alejó para siempre de Carrion Hill. En la Ciénaga del Olvido una familia de gnomos decide emprender un viaje que los alejara de la niebla. Por el camino se encontraran con infinidad de peligros pero también con la ayuda de un hombre-planta y un golem de piedra. Así empezaran una aventura de la que no saben si saldrán con vida.


Aunque no suelo leer libros de fantasía los pocos que he leído me han maravillado. De hecho uno de los primeros libros que reseñé en el blog allá por el lejano 2012 fue El nombre del viento – Patrick Rothfuss (madre mía que letra más pequeña tenía la reseña). El último de este género lo leí hace unos meses y se ha convertido en uno de mis favoritos El Hobbit - J.R.R. Tolkien. Este que os traigo hoy se ha ganado sin duda un lugar entre ellos.

La historia no puede ser más épica, un grupo de criaturas de distintos lugares unidos contra un ente que borra a las personas sin explicación alguna. Ninguno está preparado para semejante hazaña pero entre todos se ayudaran y forjaran una amistad indestructible. Amistad, empatía, defensa de la naturaleza, transmitirán estos personajes a lo largo de su particular aventura, sentimientos y valores que tanto me han recordado a los clásicos del género que todos hemos visto o leído en nuestra infancia.

No solo he disfrutado con estos personajes, a los que se les coge cariño desde el principio también con la ambientación. Lo mismo nos trasportaremos hasta unas montañas heladas que a un bosque donde no entra la luz o a un desierto interminable. Lugares perfectamente detallados pero sin extensas descripciones como si ocurre en otros libros de este mismo género. Además de esta historia principal hay otra paralela de la que no quiero decir mucho para no meter la pata pero que también tiene su importancia.


No me queda más que animaros a leer Más allá del Bosque del Ocaso, una historia fantástica llena de aventuras y personajes inolvidables que nos recuerdan lo importante que es cuidar de la naturaleza. Un saludo y buenas lecturas.





El autor

Juan Manuel Peñate Rodríguez es autor de Al otro lado del cristal (2013), El niño pájaro (2016) e Insomnio (2018), tres antologías aclamadas por la crítica que, una vez tras otra, se han colado entre las mejores lecturas del año de los lectores. Más allá del Bosque del Ocaso es su primera novela. Administra el blog literario Érase una vez, donde es conocido como «Ray». La lectura y el cine son sus mayores obsesiones, aunque en sus ratos libres también disfruta de los cómics y los juegos de mesa. Vive en Sevilla con su mujer y sus tres gatos hijos (Haru, Mico y Totoro). Para más información, consulte la página del autor: juanmanuelpr.blogspot.com  Twitter: @Juanma_PR79 Instagram: juanma_pr79 


jueves, 19 de octubre de 2023

La muerte de un funcionario - Anton Chejov

 


La muerte de un funcionario de Anton Chejov

El gallardo alguacil Iván Dmitrievitch Tcherviakof se hallaba en la segunda fila de butacas y veía a través de los gemelos Las Campanas de Corneville. Miraba y se sentía del todo feliz…, cuando, de repente… —en los cuentos ocurre muy a menudo el «de repente»; los autores tienen razón: la vida está llena de imprevistos—, de repente su cara se contrajo, guiñó los ojos, su respiración se detuvo…, apartó los gemelos de los ojos, bajó la cabeza y… ¡pchi!, estornudó. Como usted sabe, todo esto no está vedado a nadie en ningún lugar.

Los aldeanos, los jefes de Policía y hasta los consejeros de Estado estornudan a veces. Todos estornudan…, a consecuencia de lo cual Tcherviakof no hubo de turbarse; secó su cara con el pañuelo y, como persona amable que es, miró en derredor suyo, para enterarse de si había molestado a alguien con su estornudo. Pero entonces no tuvo más remedio que turbarse. Vio que un viejecito, sentado en la primera fila, delante de él, se limpiaba cuidadosamente el cuello y la calva con su guante y murmuraba algo. En aquel viejecito, Tcherviakof reconoció al consejero del Estado Brischalof, que servía en el Ministerio de Comunicaciones.

Le he salpicado probablemente —pensó Tcherviakof—; no es mi jefe; pero de todos modos resulta un fastidio…; hay que excusarse.

Tcherviakof tosió, se echó hacia delante y cuchicheó en la oreja del consejero:

Dispénseme, excelencia, le he salpicado…; fue involuntariamente…

No es nada…, no es nada…

¡Por amor de Dios! Dispénseme. Es que yo…; yo no me lo esperaba…

Esté usted quieto. ¡Déjeme escuchar!

Tcherviakof, avergonzado, sonrió ingenuamente y fijó sus miradas en la escena. Miraba; pero no sentía ya la misma felicidad: estaba molesto e intranquilo. En el entreacto se acercó a Brischalof, se paseó un ratito al lado suyo y, por fin, dominando su timidez, murmuró:

Excelencia, le he salpicado… Hágame el favor de perdonarme… Fue involuntariamente.

¡No siga usted! Lo he olvidado, y usted siempre vuelve a lo mismo —contestó su excelencia moviendo con impaciencia los hombros.

Lo ha olvidado; mas en sus ojos se lee la molestia —pensó Tcherviakof mirando al general con desconfianza—; no quiere ni hablarme… Hay que explicarle que fue involuntariamente…, que es la ley de la Naturaleza; si no, pensará que lo hice a propósito, que escupí. ¡Si no lo piensa ahora, lo puede pensar algún día!…”

Al volver a casa, Tcherviakof refirió a su mujer su descortesía. Mas le pareció que su esposa tomó el acontecimiento con demasiada ligereza; desde luego, ella se asustó; pero cuando supo que Brischalof no era su «jefe», se calmó y dijo:

Lo mejor es que vayas a presentarle tus excusas; si no, puede pensar que no conoces el trato social.

¡Precisamente! Yo le pedí perdón; pero lo acogió de un modo tan extraño…; no dijo ni una palabra razonable…; es que, en realidad, no había ni tiempo para ello.

Al día siguiente, Tcherviakof vistió su nuevo uniforme, se cortó el pelo y se fue a casa de Brischalof a disculparse de lo ocurrido. Entrando en la sala de espera, vio muchos solicitantes y al propio consejero que personalmente recibía las peticiones. Después de haber interrogado a varios de los visitantes, se acercó a Tcherviakof.

Usted recordará, excelencia, que ayer en el teatro de la Arcadia… —así empezó su relación el alguacil —yo estornudé y le salpiqué involuntariamente. Dispen…

¡Qué sandez!… ¡Esto es increíble!… ¿Qué desea usted?

Y dicho esto, el consejero se volvió hacia la persona siguiente.

¡No quiere hablarme! —pensó Tcherviakof palideciendo—. Es señal de que está enfadado… Esto no puede quedar así…; tengo que explicarle…”

Cuando el general acabó su recepción y pasó a su gabinete, Tcherviakof se adelantó otra vez y balbuceó:

¡Excelencia! Me atrevo a molestarle otra vez; crea usted que me arrepiento infinito… No lo hice adrede; usted mismo lo comprenderá…

El consejero torció el gesto y con impaciencia añadió:

¡Me parece que usted se burla de mí, señor mío!

Y con estas palabras desapareció detrás de la puerta.

Burlarme yo? —pensó Tcherviakof, completamente aturdido—. ¿Dónde está la burla? ¡Con su consejero del Estado; no lo comprende aún! Si lo toma así, no pediré más excusas a este fanfarrón. ¡Que el demonio se lo lleve! ¡Le escribiré una carta, pero yo mismo no iré más! ¡Le juro que no iré a su casa!”

A tales reflexiones se entregaba tornando a su casa. Pero, a pesar de su decisión, no le escribió carta alguna al consejero. Por más que lo pensaba, no lograba redactarla a su satisfacción, y al otro día juzgó que tenía que ir personalmente de nuevo a darle explicaciones.

Ayer vine a molestarle a vuecencia —balbuceó mientras el consejero dirigía hacia él una mirada interrogativa—; ayer vine, no en son de burla, como lo quiso vuecencia suponer. Me excusé porque estornudando hube de salpicarle… No fue por burla, créame… Y, además, ¿qué derecho tengo yo a burlarme de vuecencia? Si nos vamos a burlar todos, los unos de los otros, no habrá ningún respeto a las personas de consideración… No habrá…

¡Fuera! ¡Vete ya! —gritó el consejero temblando de ira.

¿Qué significa eso? —murmuró Tcherviakof inmóvil de terror.

¡Fuera! ¡Te digo que te vayas! —repitió el consejero, pataleando de ira.

Tcherviakof sintió como si en el vientre algo se le estremeciera. Sin ver ni entender, retrocedió hasta la puerta, salió a la calle y volvió lentamente a su casa… Entrando, pasó maquinalmente a su cuarto, se acostó en el sofá, sin quitarse el uniforme, y… murió.


martes, 10 de octubre de 2023

Atrapando la luz - Sara Mañero


La contraportada

Una mujer adelantada a su tiempo, la fotografía como pasión insoslayable, las guerras del Rif como tan solo uno de sus contrapuntos históricos… Elvira, desde la lejanía de una existencia vivida con intensidad, nos permite acompañarla en su viaje a través de un mundo cambiante. El mapa de su vida —de Dueñas a Madrid, de Madrid a Melilla, y de vuelta a Madrid— estará marcado por la rebeldía, la independencia, el dolor, la duda… y un deseo perpetuo de atrapar la luz con su cámara. “Porque no recuerdo la realidad, sino su retrato, como si la fotografía no solo fuese razón de vida, sino vida misma”, afirma la protagonista, que enfoca con su objetivo tanto los conflictos de la historia de España en que se ve inmersa, como un espacio íntimo tensionado por ilusiones y decepciones.





Mi opinión

El libro que protagoniza la reseña de hoy me ha enseñado una parte de la historia de España a través del objetivo de una cámara fotográfica.


Inés está inmersa en una crisis personal de la que no quiere hablar, y en vez de enfrentarse a ella deja su casa para cuidar a su abuela. Elvira sabe perfectamente que su nieta esta huyendo de sus problemas pero le gusta tenerla allí. A sus más de noventa y cinco años se pasa los días postrada en una cama oyendo los ruidos de la casa, tratando de adivinar la cara de sus familiares cuando la visitan y recordando su vida. Una vida intensa que decide contarle a Inés.

Le cuenta que desde pequeña se sintió apartada en su familia, por ser otra niña más que alimentar y más tarde por querer estudiar. Algo que sus padres no entendían ya que en aquella época a las niñas se las criaba para que atendieran las tareas de la casa no para perder el tiempo, le decían. Pero ella quería estudiar y luchó hasta conseguirlo aunque la llevara a hacer grandes sacrificios. El primero fue irse a Madrid donde consiguió trabajo como aprendiz en una casa de fotografía. Unos comienzos que no serán fáciles pero que gracias a esta nueva pasión tendrá la oportunidad de retratar uno de los episodios menos conocidos de la historia de España, la guerra del Rif. Un conflicto que impactará de manera importante en su vida.


La protagonista principal es Elvira, una mujer que se ha enfrentado a las dificultades que se le han presentado en el camino con valentía y determinación. En segundo lugar destaca, Inés, su nieta, que se siente tan perdida que cree que estar al lado de su abuela le ayudará a resolver sus problemas. Alrededor de Elvira aparecen compañeros de trabajo, familia, amores y hasta Carmen de Burgos que también va a Melilla a cubrir la guerra. Y aunque no es un personaje en sí mismo la guerra, esa parte de la historia de España que decía al principio que desconocía, está presente en buena parte de la novela. Explicada por la autora con detalle pero sin exceso de información y siempre a través de la mirada de esta joven fotógrafa llegada de la península.


Atrapando la luz no solo cuenta la emocionante vida de Elvira, también la de muchas mujeres que en aquella época eran inferiores a los hombres hasta en los aspectos más insignificantes. Una gran historia narrada con sencillez y delicadeza por su autora, Sara Mañero que nos traslada a unos años ahora olvidados en los que nuestros abuelos conocieron la guerra, o lo que es lo mismo la desesperación y la miseria. No dejéis de leerla. Un saludo y buenas lecturas.





La autora

Sara Mañero es Licenciada en Filología Inglesa y Doctora en Filología Hispánica. Alfonso Martínez de Toledo ha centrado sus estudios y publicaciones académicas desde su tesis doctoral, “El Arcipreste de Talavera de Alfonso Martínez de Toledo”, galardonada por la RAE con el premio “Fernández Abril”. Como traductora cuenta con publicaciones de textos dramáticos y poéticos, así como adaptaciones teatrales.

En el campo de la narrativa ha publicado cuatro novelas y diversos relatos: Mientras sorprendan los días (Ed. Hades) supone una incursión en la vida de tres personajes a lo largo de una jornada en la que sus destinos se entremezclan; El sueño del árbol (Ed. Verbum) explora la historia reciente de Filipinas a través de los ojos de un joven gallego, cuya vida queda marcada por su experiencia en las islas; Atrapando la luz (Ed. Verbum) rinde homenaje a las mujeres que se anticiparon a su tiempo, así como al mundo de la fotografía, en el contexto cambiante de las primeras décadas del siglo XX; en Del sol llegaron sombras se evoca la conquista de Perú a través de los ojos del Inca Garcilaso, mientras se investiga la desaparición de una emigrante peruana en el Madrid actual. Página Editorial Verbum https://editorialverbum.es


lunes, 2 de octubre de 2023

Empezando octubre

Ya estamos en octubre aunque no lo parezca por las temperaturas veraniegas que tenemos estos días por el sur. Con o sin calor yo empiezo octubre como siempre repasando el mes de acabamos de dejar.

Un mes de septiembre que se me ha pasado volando. En el blog publiqué una de las reseñas que tenía pendiente La dama de picas de Alexander Pushkin. Una historia corta, entretenida y con toques fantásticos que os vuelvo a recomendar. También compartí con vosotros un poema muy evocador y romántico de Samuel T. Coleridge perfecto para comenzar el otoño.

En cuanto a lecturas estoy terminando la colección de cuentos de Franz Kafka y Más allá del Bosque del Ocaso, el nuevo libro de Juan Manuel Peñate que me tiene enganchadísima.

Y como este mes se cumplen cien años del nacimiento de Italo Calvino quiero releer Las ciudades invisibles, uno de mis libros favoritos. Espero poder contaros lo mucho que disfruto leyéndolo cuando le haga su reseña.



Y vosotros, ¿cómo empezáis octubre?