La contraportada
Teatro de títeres: humildes muñecos movidos por la destreza de un anciano bondadoso... Pero seres humanos también, seres humanos que palpitan y bullen en la ciudad, dejando al descubierto sus propias miserias, sus inclinaciones, sus torpes sentimientos, sus mezquindades, sus odios, sus reacciones.
En torno a un adolescente desamparado se agitan las pasiones de seres cuyas ruindades, fantochadas, hipocresía, ambición, crueldad, sueños engañosos adquieren, a lo largo de la narración y por la lograda delimitación de los personajes, caracteres de símbolos, aunque sin perder en ningún momento su condición humana.
Un hálito poético, como corresponde a la fina sensibilidad de la autora, anima todas las páginas de esta novela, galardonada con el Premio Planeta 1954.
Mi opinión
Hoy os traigo la reseña de un clásico que tenía pendiente desde hace tiempo. Un libro escrito por una de las escritoras más galardonadas de la literatura española.
Oiquixa, es un pequeño pueblo pesquero del norte. Con callejuelas azules y con una sola calle central donde están las casas más importantes llamada Kale Nagusia.
Ilé Eroriak nació en el muelle. Vivía en las calles, el puerto o la playa. Iba descalzo y sucio. La gente lo despreciaba. Solo Anderea lo comprendía y le daba cobijo muchas noches. El anciano tenía un teatro de títeres que el mismo tallaba.
Ilé Eroriak admiraba a Kepa Devar, un hombre muy rico que tenía la mejor casa de Kale Nagusia. Kepa Devar caminaba con la cabeza alta por el pueblo sin pasar por el viejo barrio de los pescadores. Era muy rico, pero no era feliz. Tenía una hija llamada Zazu que tampoco lo era.
La vida transcurría tranquila hasta que un día llegó un barco portugués del que bajó un extranjero rubio. Esta novedad despertó la curiosidad entre los vecinos.
Hacía tiempo que quería acercarme a esta autora y tengo que decir que después de leer este título me he quedado gratamente sorprendida y con ganas de seguir descubriendo su obra. Sobre todo por su forma de indagar y de describir a los seres humanos a través de los personajes de este Pequeño teatro.
Individuos que muestran sus miedos, sus esperanzas, sus mentiras o sus envidias y que veremos influenciados por la atmósfera, el clima y el paisaje de Oiquixa. Un lugar que al principio parece el típico pueblo pesquero con sus casas singulares y sus vistas al mar, pero que pronto comprobaremos que para algunos de sus habitantes es un lugar asfixiante del que quisieran huir.
Pequeño teatro no es un libro convencional por la forma en que está narrado, donde predominan más los pensamientos de los protagonistas que los diálogos. Tampoco encontrareis ni buenos ni malos ni finales felices, lo que si encontrareis es la delicada y poética prosa de Ana María Matute y las historias que guardan sus personajes, motivos más que suficientes para recomendaros este pequeño gran libro. Un saludo y buenas lecturas.
La autora
Ana María Matute (Barcelona, 1925 - 2014) ha cosechado los premios literarios más prestigiosos por su obra, entre la que figuran las novelas Los Abel (finalista del Premio Nadal 1947), Fiesta al Noroeste (Premio Café Gijón 1952), Pequeño teatro (Premio Planeta 1954), Los hijos muertos (Premio de la Crítica 1958 y Premio Nacional de Literatura 1959), Primera memoria (Premio Nadal 1959), Los soldados lloran de noche (Premio Fastenrath de la Real Academia Española 1962), La trampa (1969), La torre vigía (1971), Olvidado Rey Gudú (1996), Aranmanoth (2000), y Paraíso inhabitado (2008). También es autora de cuentos infantiles y de varios libros de relatos, reunidos en el volumen La puerta de la luna (2010). Miembro de la Real Academia Española y de la Hispanic Society of America, en 2007 fue galardonada con el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra y, en 2010, con el Premio Cervantes.