Elogiada
y admirada por su destreza para crear personajes verosímiles, de rasgos
profundamente humanos, Irène Némirovsky da prueba una vez más de una incisiva
caracterización psicológica en esta novela sobre el desarraigo y la azarosa
búsqueda de reconocimiento social.
Dario
Asfar, un joven médico originario de Crimea, llega a Niza acompañado de su
mujer y de su hijo recién nacido. Atormentado por las deudas, Dario lucha
desesperadamente por conseguir una clientela, pero su origen levantino sólo
inspira desconfianza y rechazo. La precaria situación de su familia lo empuja
entonces a emprender el único camino que se le ofrece para escapar de la
miseria: aprovechándose del creciente auge del psicoanálisis, Dario se
transforma en terapeuta improvisado, una suerte de charlatán dispuesto a
ofrecer a los ricos burgueses el sosiego del alma y la felicidad que tanto
anhelan. Sin embargo, el éxito y la fortuna tan ansiados tendrán para él
consecuencias insospechadas.
Mi opinión
Hoy
os traigo la reseña de El maestro de
almas, una de las novelas que más ganas tenía de leer de Irène Némirovsky. Una autora a la que
no había vuelto a leer desde Suite francesa.
Dario
Asfar es un médico de origen extranjero que intenta conseguir dinero desesperadamente
en la ciudad costera de Niza. Su mujer acaba de dar a luz a un niño y él
intenta ocultarle sus problemas económicos para no preocuparla.
Después
de unos meses allí empieza a tratar a gente adinerada que visita los hoteles y
casinos de la zona. Entre ellos esta Phillipe Wardes, un rico empresario que tiene
problemas con el alcohol y el juego.
Con
el tiempo se muda con su familia a París donde llega a un acuerdo con la mujer
de Wardes, ella le presentaría a sus conocidos ricos y el la ayudaría con su
marido.
Años
más tarde Dario ha triunfado pero no como médico sino como “maestro de almas”.
Dario Asfar,
el protagonista de esta historia, es un hombre que busca un futuro para él y
para su familia pero que solo consigue
sobrevivir. Le veremos mendigar y pasar hambre pero sobre todo sufrir el rechazo de los franceses por ser
extranjero. Todo cambia cuando
consigue el éxito profesional y se vuelve cada vez más ambicioso llegando incluso a sentir
vergüenza de sus orígenes.
Al
lado de Dario intervienen otros personajes como Clara, su esposa que lo apoya
incondicionalmente y que no ve tacha alguna en su marido. Su único hijo, que no
aprueba sus métodos. Sylvie, la primera mujer de Wardes, que ejerce gran influencia
sobre Dario durante un tiempo. Y la segunda señora Wardes, una persona decisiva
en su nueva vida.
Como
decía antes me he vuelto a reencontrar con esta
autora que nos habla en esta
historia de racismo, codicia o falsedad pero también de cómo se traiciona todo en favor del éxito desmedido. A través de un personaje arrastrado por las circunstancias que la autora describe de manera minuciosa.
Irène Némirovsky se
ha convertido en una autora
imprescindible por su forma de contar
la época que le tocó vivir y por los personajes que protagonizan sus historias.
Así que si todavía no habéis tenido ocasión de acercaros a ella desde aquí os
recomiendo otra de sus magníficas novelas.
Un
saludo y buenas lecturas.
La autora
Irène
Némirovsky nació en Kiev en 1903 en el seno de una familia acaudalada que huyó
de la revolución bolchevique para establecerse en París en 1919. Hija única,
Irène recibió una educación exquisita, aunque padeció una infancia infeliz y
solitaria. Años antes de obtener la licenciatura en Letras por la Sorbona, su
precoz carrera literaria se inicia en 1921 con la publicación del texto Nonoche
chez l’extralucide en la revista bimensual Fantasio. Pero su salto a la fama se
produce en 1929 con su segunda novela, David Golder, la primera que vio la luz
en forma de libro. Fue el inicio de una deslumbrante trayectoria que
consagraría a Némirovsky como una de las escritoras de mayor prestigio de
Francia, elogiada por personajes de la talla de Jean Cocteau, Paul Morand,
Robert Brasillach y Joseph Kessel. Sin embargo, la Segunda Guerra Mundial marcó
trágicamente su destino. Denegada en varias ocasiones por el régimen de Vichy
su solicitud de nacionalidad francesa, Némirovsky fue deportada y murió en
Auschwitz en 1942, igual que su marido, Michel Epstein. Sesenta años más tarde,
el azar quiso que Irène Némirovsky regresara al primer plano de la actualidad
literaria con el enorme éxito de Suite francesa, su obra cumbre, descubierta
casualmente por sus hijas, publicada en 2004 y galardonada a título póstumo con
el premio Renaudot, entre otras muchas distinciones. Transcurridos 75 años
desde su fallecimiento, las novelas de Irène Némirovsky han sido traducidas a
treinta y nueve idiomas, demostrando el interés por una autora que se sitúa sin
duda entre los grandes escritores del siglo XX.