martes, 11 de junio de 2024

El viento comenzó a mecer la hierba – Emily Dickinson


La contraportada

Emily Dickinson fue una mujer inteligente, rebelde y culta que, en su encierro voluntario en la habitación de su casa en Amherst, construyó una de las obras más sólidas de la literatura universal.

Como señala Juan Marqués en la presentación, sus poemas «además de ser escritos, en principio, exclusivamente para la inmensa minoría de sí misma, fueron, a un tiempo, complicadísimos y simples, alegres y tristes, transparentes y enigmáticos. Son poemas que acompañan y ayudan a vivir a quien los lee, que enseñan a observar mejor, que obligan a ser más compasivo»






Mi opinión

Hoy os traigo un libro que recoge una selección de poemas que me ha permitido conocer un poco más a esta gran autora.


Emily Dickinson está considerada como una de las escritoras clave en la literatura estadounidense, una mujer que se encerró voluntariamente en su habitación para escribir. Se calcula que pudo redactar más de 1.700 poemas de los cuales solo publicó unos pocos que fueron modificados porque según decían eran demasiado complicados en aquella época. Fue tras su muerte cuando su hermana dio a conocer su prolífica obra. De todo lo que hay publicado, que es bastante, me decidí por esta selección de poemas editada fantásticamente por Nórdica Libros. No solo por la selección de los textos de la autora, que me ha parecido muy acertada, también por las delicadas ilustraciones que los acompañan. Paisajes nevados, campos de flores, bosques, imágenes nocturnas, un mundo perfecto creado por el ilustrador Kike de la Rubia. Y que decir de las palabras de Dickinson sencillas, sensibles, conmovedoras, llenas de amor por la naturaleza y admiración por las cosas pequeñas. Palabras escritas exclusivamente para ella misma desde el confinamiento de su habitación, como dice Juan Marqués en el prólogo. Situación que no la aisló del mundo en el que vivía sino que la volvió aún más observadora.


Solo me queda animaros a que os acerquéis a Dickinson, a su vida y a sus palabras, a ver si quedáis tan hechizados como yo. Os dejo con uno de los poemas que más me ha llegado y que ha inspirado el título del libro. Un saludo y buenas lecturas.



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El viento comenzó a mecer la hierba.

Con ruidos graves y amenazadores

envió una amenaza a la tierra

y otra amenaza al cielo.

Las hojas se desprendieron de los árboles

y se esparcieron por todas partes.

El polvo se arremolinaba,

como agitado por unas manos,

y por el camino se alejaba.

Las carretas se apresuraban en las calles.

El trueno, lentamente, se desató;

el relámpago mostró un pico amarillo

y una lívida garra a continuación.

Los pájaros levantaron

las empalizadas de sus nidos.

El ganado corrió a los establos.

Cayó una gigantesca gota de lluvia, y luego,

como si las manos que sujetan los diques

se hubieran levantado,

las aguas rompieron el cielo,

pero pasaron sobre la casa de mi padre

y sólo rompieron un árbol.





La autora

Emily Dickinson (Amherst, Massachusets, 1830-1886). Poetisa estadounidense. Pasó gran parte de su vida recluida en una habitación de la casa de su padre en su Amherst natal. Autora de una obra sencilla y profunda que la ha situado en el panteón de poetas fundacionales estadounidenses que hoy comparte con Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman. Excepto cinco de sus poemas (tres de ellos publicados sin su firma y otro sin que la autora lo supiera), su ingente obra permaneció oculta e inédita hasta después de su muerte. 


lunes, 3 de junio de 2024

Empezando junio

Empezamos junio con el calorcito típico de esta época, lo que nos queda hasta septiembre u octubre aquí en el sur. También con libros nuevos pero antes de contaros cuales son toca repasar el mes que acabamos de dejar.

Un mes de mayo en el que publiqué la reseña de Las voladoras – Mónica Ojeda un libro de relatos muy diferente que os recomiendo descubrir. También compartí con vosotros El sauce uno de mis poemas favoritos de Anna Ajmátova. En cuanto a lecturas terminé los dos clásicos que me propuse el mes pasado Cluny Brown de Margery Sharp y El caso Kurilov de Irène Némirovsky.

Para empezar junio he elegido el libro que recogí la semana pasada de mi librería de cabecera, se trata de La idea natural de María Negroni. Tenía apuntado otro título de esta autora pero este nuevo me llama mucho la atención. Y después quiero leer Sostiene Pereira, un clásico que todavía no he leído.

Espero tener algo más de tiempo este mes para terminar las reseñas que tengo pendientes y pasarme por vuestros blogs.


        


Y vosotros, ¿cómo empezáis junio?