La contraportada
La fama de la desapacible Kimberly Clark Weymouth, una pequeña ciudad eternamente aquejada por heladas ventiscas y mucha nieve, y donde Louise Feldman ambientó el clásico infantil La señora Potter no es exactamente Santa Claus, permitió a Randal Peltzer abrir una exitosa tienda de souvenirs. Cada día, la ciudad recibe a lectores de la excéntrica escritora y, a regañadientes, vive de ella. Pero ¿qué pasaría si, harto de un destino que no ha elegido, Billy, hijo de Randal, decidiese cerrar la tienda para mudarse a otra ciudad? ¿Podría Kimberly Clark Weymouth permitirse dejar de ser el lugar que ha sido siempre y convertirse en otra cosa?
Bajo la exuberante prosa y la imaginación sin límites de Laura Fernández, se esconde una sólida historia sobre la maternidad, la creación y la renuncia, el arte como refugio y la soledad del incomprendido, en este cruce entre una novela de Roald Dahl para adultos y un alocado y digresivo T.C. Boyle que hubiera leído más de la cuenta a Joy Williams. La señora Potter no es exactamente Santa Claus pretende hacer saltar por los aires la sola idea de la existencia del relato, o del relato único de aquello que somos, porque si algo somos es una infinidad de posibilidades.
Mi opinión
Hoy os traigo la reseña de un libro con un título muy largo, muchos personajes y mucha nieve. Un libro que me costó al principio pero que al final he disfrutado.
La fría y desapacible ciudad de Kimberly Clark Weymouth era conocida por ser el lugar en el que Louise Cassidy Feldman se inspiró para escribir su único libro infantil La señora Potter no es exactamente Santa Claus. A raíz de la publicación del libro llegan a diario seguidores de la señora Potter de todas partes para conocer la ciudad. Algunos como Randal Peltzer se instaló allí y abrió una tienda de regalos dedicada a su libro favorito. Al contrario que su padre Billy Peltzer detestaba tanto a la señora Potter como a aquella horrible ciudad por eso un día se plantó en la oficina inmobiliaria de Stumpy MacPhail para vender su casa y largarse de allí. Lo que no esperaba el agente inmobiliario era que el pueblo no quería que vendiera la casa del propietario de la única tienda de regalos dedicada a la famosa señora Potter.
Además de a Billy Peltzer y Stumpy MacPhail conoceremos una lista muy larga de personajes que viven o aparecen por Kimberly Clark Weymouth con intereses muy diversos: un fantasma profesional que se atraganta con cereales, una madre que manda a su hijo cuadros por correspondencia, un matrimonio de escritores que buscan casas encantadas, el alcalde de la ciudad que asesora a un escritor de novelas policíacas, una domadora de animales salvajes, una oficina postal que parece un nido de espías etc.
A ellos hay que sumarle otro personaje, la mismísima Kimberly Clark Weymouth. un mundo propio creado por la habilidosa mano de la autora, que parece un lugar de cuento cuando en realidad todos sus habitantes están atrapados allí y donde su nieve permanente, su frío o sus horribles ventiscas condicionan el carácter y el modo de actuar de los personajes.
Personajes, muchos y de todos los colores, que nos proporcionaran momentos emocionantes e hilarantes. A través de ellos la autora nos habla de problemas entre padres/madres e hijos, falta de comunicación o abandono también del miedo al fracaso o a la soledad.
No es un libro fácil sobre todo al principio. Además de los nombres larguísimos de los habitantes de la ciudad y sus peculiares vidas hay que acostumbrarse a la forma de escribir de la autora o a los títulos a modo de resumen de los capítulos. A pesar de estos inconvenientes le cogí el tranquillo a la novela y pude disfrutar con su lectura.
Laura Fernández maneja con gran habilidad las historias de los diferentes personajes (que eso ya tiene merito), crea una ciudad casi claustrofóbica en perpetuo invierno y toca temas interesantes como la soledad, el fracaso o las relaciones familiares en esta novela única y de difícil repetición. Un saludo y buenas lecturas.
La autora
Laura Fernández (1981) es autora de seis novelas: Bienvenidos a Welcome (Elipsis, 2008), Wendolin Kramer (Seix Barral, 2011), La Chica Zombie (Seix Barral, 2013), El Show de Grossman (Aristas Martínez, 2013), Connerland (Literatura Random House, 2017) y La señora Potter no es exactamente Santa Claus (Literatura Random House 2021), galardonada con el premio El Ojo Critico de Narrativa 2021. También es periodista y crítica literaria y musical. Tiene dos hijos y un montón de libros de Philip K. Dick.
Hola Rocío, tengo sentimientos encontrados. No me suelen gustar los libros que hablan de las relaciones madres/padres e hijos. Pero por otro lado, me gusta lo de la nieve y el invierno perpetuo y la tienda de regalos relacionado con un libro de cuentos.
ResponderEliminarIgual me lo pienso.
Un besazo
¡Hola, Rocío!
ResponderEliminarNo lo he leído todavía, la verdad es que me suelo agobiar un poco cuando un libro hace boom y mucha gente habla de él, así que lo dejo para más adelante. Lo compré digital además, porque dudaba, igual espero a cogerlo en la biblio en papel, y ahora es imposible. Está muy solicitado.
Besos.
Me alegra que lo hayas disfrutado pese a esos peros iniciales. No sé por qué, pero no me termina de llamar este libro.
ResponderEliminarBesotes!!!
No sé qué decirte porque yo no tuve estas impresiones al leerlo, a mí no me terminó de convencer... tal vez no elegí el mejor momento 🤔🤫
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
He escuchado y leído maravillas de esta novela.
ResponderEliminarBesos.
¡Hooola!
ResponderEliminarPues veo que se tarda un poco en entrar y que no es una lectura suuuper ligera precisamente, pero igualmente veo que aporta mucho y que te ha gustado, lo tendré en cuenta para el futuro.
¡besotes!
Pues me lo compré en navidades (reconozco que por el título) y todavía no lo he leído. Me da un poco de respeto porque todas las reseñas que he leído coincidís de que al principio no resulta fácil, y luego tengo dudas por si es de esos libros un poco sobrevalorados por la crítica profesional. Tu reseña me anima a leerlo, ya te contaré. Besos.
ResponderEliminarPues había visto otra reseña del libro y aunque me había llamado la atención no me había decidido a apuntarlo. Ahora, tras leerte a ti, y sumando el gusanillo que ya me había quedado, se me ha hecho muy apetecible. Ese pueblo claustrofóbico del que no se puede salir, esas relaciones familiares, esas historias de los habitantes, esa portada y el título, todo ello me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Hola. A mí no me terminó de convencer. Es verdad que una vez le pillas el tranquillo mejora bastante. Creo que tiene momentos brillantes, lo relacionado con la pareja de escritores y la editora me encanta pero al terminarla, me pareció que el conjunto fallaba para mí. Hay que reconocer que original y diferente sí que es.
ResponderEliminarBesos
Hola Rocío!! Creo que podría estar bien la lectura de este título, me lo llevo bien anotado a ver si me animo más adelante. ¡Gracias por la reseña y por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminarYo también he oído muy buenas opiniones del libro. A ver, lo que dices que te costó al principio me deja algo más chafada pero bueno, no descartaría su lectura si se cruza en mi camino. Besos
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