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- Emily Dickinson
¡Qué bueno regresar a mis libros!
—término de
los fatigados días—.
Casi compensa la
abstinencia,
y el dolor se olvida con el placer.
Como aromas que confortan a los invitados
en el
banquete, mientras esperan,
esta fragancia aligera el
tiempo hasta que llego
a mi pequeña biblioteca.
Puede haber desolación afuera,
lejanos pasos de
hombres que padecen,
pero la fiesta suprime la
noche
y hay campanas, interiormente.
Doy las gracias a estos Parientes del Estante.
Sus
caras apergaminadas
nos enamoran mientras
esperamos,
y nos satisfacen al alcanzarlas.
Qué bonito poema nos traes hoy Rocío...
ResponderEliminarUn besazo
Una de mis debilidades, la Dickinson. Y este poema es hermosísimo.
ResponderEliminarBesos 💋💋💋
Qué preciosidad!
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Holaaa!
ResponderEliminarMuchas gracias por compartirlo ^^
Sí, los libros nos salvan de muchos dolores, de algunas pérdidas, de la depresión, del tedio. Yo no puedo estar sin acercarme a uno ni un solo día. Aunque sea solo un ratito antes de dormir.
ResponderEliminarNo soy muy de leer poesía, pero Emily Dickinson me gusta.
Un beso.
Me encanta, porque además la entiendo, cosa que no siempre me pasa con la poesía.
ResponderEliminarBesos
Hola!! Me encantaría leer más de Emily Dickinson, me han fascinado estos versos. Besos!!
ResponderEliminarQué precioso poema, Rocío. A mí también me fascina la lírica de Emily Dickinson.
ResponderEliminarUn abrazo
Grande, Dickinson, muy grande.
ResponderEliminarBesos y gracias por compartir el fragmento.